Un imparcial Vista de Versículos para la sanación del alma
1. Apreciar el amor de Dios: El sacrificio de Jesús es una muestra extraordinaria del inclinación de Dios alrededor de nosotros. Nos amó tanto que estuvo dispuesto a sufrir y morir por nuestros pecados.
El sufrimiento de Jesús nos muestra un ejemplo de fortaleza y resistor en medio de la adversidad. A través de sus pruebas y tribulaciones, Jesús nos enseña que es posible mantener la Certeza y la esperanza incluso en los momentos más oscuros.
Esta es una percepción fundamental que Job nos ofrece acerca del tema del sufrimiento. Hay cosas que no comprenderemos porque simplemente no somos Dios
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– Recordar que el sufrimiento no es en vano y dejarlo en dios en que Dios puede usar nuestros sufrimientos para su salvación y nuestro crecimiento espiritual.
Nos invitan a reflexionar sobre nuestro propio pecado y a aceptar el regalo de la salvación que Cristo nos ofrece a través de su sacrificio en la cruz.
. Dios sabe lo difícil que es encontrar y nutrir la esperanza. Incluso los cristianos más firmes luchan por mantenerla cuando su Convicción es puesta a prueba.
Una pequeña capilla construida y decorada en torno a del año 1300 d.C. en Italia se conoce como la Capilla de la Arena en virtud de su similitud a un antiguo anfiteatro de Roma. El actor llamado Giotto decoró textualmente cada centímetro del interior de la capilla.
En persona, no podemos evitar participar del dolor casi sofocante a pesar de la condición deteriorada de la obra.
A veces ocurre que conduce a la abjuración de Dios o a la desesperación: ¿por qué lo permite Dios, si es bueno y todopoderoso? Y en el fondo todos intentan evitar el insensato del sufrimiento y encontrarle algún sentido.
“Recuerden que en ese tiempo ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:12)
Jesús nos da un ejemplo valentísimo al click here caducar en la cruz por nuestros pecados, mostrando que Él tenía confianza en su Padre celestial y estaba seguro de su valía como Hijo de Dios.
En medio del sufrimiento y la persecución, Jesús nos instruye sobre cómo ser obedientes y leales a Dios. Él nos recuerda que debemos temer al Señor que tiene el poder sobre nuestra alma y nuestro cuerpo, en emplazamiento de temer a los seres humanos que pueden matar solo nuestro cuerpo.